miércoles, 4 de diciembre de 2013

PELÍCULA: "EN BUSCA DEL DESTINO"

PELÍCULA: EN BUSCA DEL DESTINO

Película: título original: Good Will Hunting; El Indomable Will Hunting (España); En busca del destino (Hispanoamérica).

La película obtuvo 9 denominaciones a los Óscar, de los cuales dos de ellos: uno al Mejor guión original, para Matt Damon y Ben Affleck y el otro al Mejor actor de reparto para Robin Williams.

Matt Damon y Robin Williams

Registro Técnico:
Dirección: Gus Van Sant.
Producción: Lawrence Bender
Guión: Matt Damon, Ben Affleck.
Música: Danny Elfmann, Elliot Smith.
Fotografía: Jean Ives Escoffler.
Reparto:
Matt Damon: (Will Hunting)
Robin Williams: (Dr. Sean Maguire)
Ben Affleck: (Chuckie Sullivan)
Stellan Skarsgärd: (Prof. Gerald Lambeau.
Minnie Driver: (Skylar)


Catalogación: Género: Drama. Datos: País: Estados Unidos. Año: 1997. Duración: 120 minutos. Distribución: Miramax.
El tema central de la película es de un joven de 20 años, rebelde aparentemente sin causa, llamado Will (Matt Damon), autodidacta, poseedor de una capacidad intelectual fuera de lo normal, empleado de limpieza de un centro de estudios élite de superdotados, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, escuela de ingeniería reconocida como la mejor en Estados Unidos y en el mundo.

Circunstancialmente se descubre su potencial de inteligencia cuando furtivamente resuelve un difícil problema matemático de alta complejidad que estaba anotado como tarea en la pizarra del instituto. Lo que para él fue una prueba sencilla, era irrealizable tanto para el profesorado como para la totalidad de estudiantes.

Intrigado el profesor del curso, Medalla Fields, Gerard Lambeau (Stellan Skarsgärd), trata de averiguar quién era el anónimo superdotado, para lo cual se mantiene al acecho, sorprendiendo in fraganti al citado barredor, lo que juzgó al inicio como una gamberrada,  comprueba conmocionado, había dado solución a un antiguo enigma matemático. Will huye aterrado por temor al castigo. Se repetía una vez en su vida, la figura del policía que lo recluía en la cárcel por haber transgredido las normas sociales.

Después de ardua búsqueda del infractor, el profesor encuentra una triste realidad, un joven que ha adoptado una identidad negativa fuertemente definida, desviada hacia la delincuencia, revelándose ante todo intento social que  trate de modificar su inexistencia, para él, totalmente coherente.

Lo comprueba en el juicio que se le practicaba, en el cual, una vez más ejercía su propia defensa, donde siempre había conseguido sobreseimiento, suspensión del proceso por falta de pruebas por múltiples robos, peleas callejeras, alteración del orden público, pero esta vez ya no solo había suplantado la identidad policial sino había agredido a un miembro de la fuerza del orden, ya no eran atenuantes su historial de maltrato infantil, rescatado de su padrastro y tres hogares adoptivos… por lo que llevó al Juez de turno a  condenarlo a pena de carcelería y el pago de 500 dólares de reparación. Situación aprovechada por el profesor Lambeau, a  través de la libertad condicional, rescatarlo de la cárcel, vía la readaptación, primero, ocupacional, asistir una vez por semana con él, a clases avanzadas de matemáticas para resolver problemas sin solución de larga data; y, segundo, someterse a terapia psicoanalítica, para su readaptación.

El profesor Lambeau, en su afán de lograr su objetivo, encuentra obstáculos, el carácter díscolo del joven Will, aparte de su impuntualidad a las sesiones, por su reiterada jactancia de su sapiencia humilla no solo a los eruditos en matemáticas, sino a los  psicoterapeutas uno tras uno, tildándolos de desviados sexuales y de embaucadores provistos de conocimientos nada científicos. Por lo que es considerado no analizable.

El profesor Lambreau, recurre a un amigo psiquiatra Sean Maguire (Robin Williams), quien pone sus reparos, si el paciente no está motivado para una terapia, agravado por quien quiere reformarlo en un pionero de la ciencia, intereses ajeno al paciente, es el alguien a quien el joven rechaza, el profesor Lambeau.

En la primera entrevista con el psicoterapeuta Sean, el paciente Will, escudriña el consultorio, irrespetuosamente, observando la biblioteca, murmura, de seguro estos libros los compro al por mayor, luego fija la mirada en una pintura de una lancha zozobrando en un mar embravecido, que había sido realizado por el terapeuta en su juventud, expresa “esta pintura es un pedazo de mierda”… agrediendo la parte afectiva deduce luego, fue realizada posiblemente en un momento de angustia, motivo por el cual estudió psicología o cuando su mujer lo abandonó o la pilló con otro… lo cual encoleriza al terapeuta, quien lo agarra por el cuello diciéndole que no se exprese así de su esposa… sellando con la consabida frase “la consulta ha terminado”.

En una relación psicoanalítica de transferencia, del paciente inconscientemente transfiere la imagen agresora de la figura de autoridad de su niñez hacia el terapeuta, y este en contratransferencia automáticamente a esa conducta replica el mismo formato de castigo, pero, aquí el psiquiatra es atrapado en su propio inconsciente, se da cuenta que no ha superado la muerte de su esposa, generándose un sentimiento de interdependencia inconsciente.

En la siguiente consulta, se realiza en un parque, el terapeuta realiza una interpretación psicoanalítica de la entrevista, para no quedar atrapado en el inconsciente de Will, expresándole “Nadie puede conocerme a través de una pintura, como yo tampoco puedo comprender lo que pasa en ti, sabiendo que eres huérfano, no sé quién eres por haber leído a Oliver Twist. Subrayándole, eres un genio Will, eso nadie lo niega… en realidad lo sabes teóricamente todo… esa es tu coraza que te protege para no mostrar tu interioridad, tu afectividad… te aterroriza saber lo que sientes.

En la siguientes consultas más distendidas, eje de trabajo entre el terapeuta Sean y Will, intercambian experiencias biográficas… Sean comenta anécdotas jocosas y tristes que tuvo con su esposa fallecida hacía dos años… Will menciona que está enamorado de la mujer perfecta, que no piensa casarse por temor romper la magia que tiene de ella… Sean le responde, ni él ni su enamorada son perfectos…  unitariamente nadie es perfecto,   la perfección se alcanza en la situación de pareja. 

Se toca el disyuntiva, sobre el vivir para aprender contrapuesta al aprender para vivir, Sean preconiza un mundo donde el aprendizaje se obtiene para vivir en él, no para evadirlo, donde las emociones no están desligada de la razón, juicio, cordura, conocimiento, influyendo en la dirección de nuestras acciones. Concluyendo que el éxito en la vida no se mide por los laureles conseguidos sino en cuanto emocionalmente has vivido, lo opuesto a lo formulado por el profesor Lambeau.

En la relación psicoanalítica, Sean interpreta que la desadaptación social de Will,  reflejada en su temor a formalizar una relación de pareja, sentirse débil por depender de otra persona. El mantenerse inafectivo tiene íntima relación con la privación emocional que lo ata al pasado, de allí su temor de encariñarse con alguien, para no salir herido.
Al final Will enfrentado a la realidad, de la que ya no puede escapar, liberado de los fantasmas del pasado, tanto él como el psicoterapeuta se lanzan a rehacer sus vidas con otras perspectivas en armonía con la naturaleza.

Si bien en los diálogos abundan las expresiones soeces quedan superados por los  profundos mensajes que llevan a reflexionar a los audiencia sobre la impronta biográfica que marca nuestra vidas en la direccionalidad de nuestro diario vivir.

Su amigo
Dr. Pablo Albán