miércoles, 27 de octubre de 2010

"LAS MUJERES SON IGUALES PORQUE YA NO SON DIFERENTES"

"EL ALMA NO TIENE SEXO"
"El arte de amar" Erich Fromm


Me parece innecesario aclarar que no estoy en contra de tal igualdad, pero los aspectos positivos de esta tendencia a la igualdad no debe engañarnos. Forma parte del movimiento hacia la eliminación de las diferencias.

Tal es el precio que se paga por la igualdad: las mujeres son iguales porque ya no son diferentes. La proposición de la filosofía del iluminismo, I'ame n'a pas de sexe, el alma no tiene sexo. se ha convertido en una práctica general.

La polaridad de los sexos está desapareciendo, y con ella el amor erótico, que se basa en dicha polaridad. Hombres y mujeres son idénticos, no son iguales como polos opuestos.

La sociedad contemporánea predica el ideal de la igualdad no individualizada, porque necesita átomos humanos, todos idénticos, para hacernos funcionar en masa, suavemente, sin ficción, todos obedecen las mismas órdenes y no obstante, todos están convencidos de que siguen sus propias deseos.

Así como la moderna producción en masa requiere estandarización de los productos, así el proceso social requiere la estandarización del hombre y esa estandarización es llamada igualdad.


Esa creciente tendencia a eliminar las diferencias se relaciona estrechamente con el concepto y la experiencia de igualdad, tal como se está desarrollando en las sociedades industriales más avanzadas.

Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría del hombre, de la existencia humana. Si bien encontramos amor, o más bien el equivalente del amor, en los animales, sus efectos constituyen fundamentalmente una parte de su equipo instintivo , del que solo algunos restos operan en el hombre.


Lo esencial en la existencia del hombre es el hecho de que ha emergido del reino animal, de la adaptación instintiva, de que ha trascendido de la naturaleza, ya no puede retornar a ella, una vez arrojado del paraíso –un estado de unidad original con la naturaleza- querubines con espadas flameantes le impiden el paso si trata de regresar.

El hombre sólo puede ir hacia adelante desarrollando su razón, encontrando una nueva armonía humana en reemplazo de la prehumana que está irremediablemente perdida.

Cuando el hombre nace, tanto la raza humana como el individuo, se ve arrojado de una situación definida, tan definida como los instintos, hacia una situación indefinida, incierta, abierta. Sólo existe la certeza con respecto al pasado, y con respecto al futuro, la certeza de la muerte.

El relato bíblico de Adán y Eva expresa esa experiencia de culpa y vergüenza en la separatidad. Después de haber comido Adán y Eva del fruto del “árbol del conocimiento del bien y el mal”, después de haber desobedecido (el bien y el mal no existen sino hay libertad de desobedecer) después de haberse vuelto humano, vieron que estaban desnudos y tuvieron vergüenza.


¿Debemos suponer qué un mito tan antiguo y elemental como ése comparte la mojigatería del enfoque moralista del siglo XIX, y que el punto importante que el relato quiere transmitirnos es la turbación de Adán y Eva porque sus genitales eran visibles?

Es muy difícil que así sea, y si interpretamos el relato con un espíritu victoriano, pasamos por alto el punto principal, que parece ser el siguiente: después que el hombre y la mujer se hicieron conscientes de sí mismos y del otro, tuvieron conciencia de separatidad y de las diferencias entre ambos, en la medida en que pertenecían a sexos distintos.

Pero al recocer su separatidad siguen siendo desconocidos el uno por el otro, porque aún no han aprendido a amarse (como lo demuestra el hecho de que Adán se defiende acusando a Eva, en lugar de tratar de defenderla). La conciencia de la separación humana – sin la reunión por el amor- es la fuente de la vergüenza. Es al mismo tiempo, la fuente de la culpa y la angustia.

MÚSICOTERAPIA
(Vídeo, gracias a youtube)

"LA FLOR DE LA CANELA" (Vals peruano)

DIEGO FLORES


DANIEL FERREIRA


SU AMIGO
DR. PABLO ALBAN

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