jueves, 9 de diciembre de 2010

“YO DEJARÉ DE EXISTIR… Y NI SIQUIERA SE APERCIBIRÁN QUE NO ESTOY YA CON ELLOS”

Pues bien –pensaba- yo dejaré de existir, mientras que estos campos, este bosque, ese río y ese cielo seguirán sin mí por los siglos de los siglos y ni siquiera se apercibirán de que no estoy ya con ellos…” Serguéi Zaliguin como protagonista de la narrativa clásica solía experimentar cierta melancolía al comunicarse con la naturaleza.

Continuando el artículo "La Literatura y la Naturaleza", agrega en la literatura contemporánea ocurre algo completamente distinto:


“Transcurrirán unos diez años –medita el protagonista. Y ¿qué quedará de este campo, de este bosque y de este río? ¿Qué construcciones se erigirán aquí, que caminos, líneas eléctricas y tuberías aparecerán? Y el propio cielo ¿será como es hoy o lo nublará el humo?” Puede ofrecerse también otra variante: “¿En qué abandono estará todo esto?...

Se ha operado tal cambio, que la breve vida del hombre puede hoy resultar más larga que la de la naturaleza.

Cita a Víctor Astáfiev prosista ruso autor “El pez zar”, en discurrir “Y recordemos con el corazón que nosotros mismos somos parte de la naturaleza. Los bosques, las fieras, los ríos todo eso puede subsistir sin el hombre. Pero, ¿Puede subsistir el hombre sin ellos?...”

En el plano psicológico los personajes de Astáfiev son muy respetuosos con la naturaleza. Eso no es tan fácil. Para obrar así uno debe comprender que en tanto que el hombre es un ser pensante, que con sus pensamientos debe captar las leyes de la naturaleza y reconocer que son justas. La justicia no consiste en la observancia irreprochable de las leyes y hábitos ajenos, sino de los propios. La naturaleza no se traiciona a sí misma; por lo tanto, hay que tratarla, con el respeto que se merece.

La justicia es una cosa fácil cuando no te exige ningún sacrificio ni te coloca ante la tentación. No obstante, seguir siendo justo respecto al medio, cuando este se muestra duro contigo, recordar invariablemente que la naturaleza es la madre y no tienes ni puedes tener otra madre, eso no todos lo logran.

La actitud de uno respecto a la naturaleza circundante es el hombre en sí con su carácter su filosofía, su espíritu y su actitud respecto a los demás seres humanos.

Concluye, con el siguiente párrafo que estimulará a seguir reflexionando: “Los mejores prosistas soviéticos escriban de lo que escriban, abordan hoy el tema “el hombre y la naturaleza”. La naturaleza es el único medio en el que podemos existir, no hay otro. Y aunque nadie quiere morirse, son pocos los que saben cuidar la vida y por eso, la literatura, que siempre ha buscado el sentido de la vida, hoy debe proteger a la propia vida. Es decir a la naturaleza”.

MÚSICOTERAPIA
(Vídeos gracias a Youtube)









SU AMIGO
DR. PABLO ALBAN

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